ES TRISTE, percibir que el trabajo de años y años con jugadores se disipa, se evapora... ....horas de entrenamientos, kilómetros recorridos, afanes y sueños se truncan tan fácilmente como en otoño caen las hojas y se pierden... y todo es tan frágil como una historia de relaciones de amistad, de falta de cuidado por parte de los entrenadores a veces, otras de bloqueos personales por parte de los jugadores... tantas variables que vencen y deshacen tantísimo trabajo...
Empezar de nuevo con más cuidado es el reto, hay tanto que hacer, tanto que hacer mejor cada vez... manos a la obra con quien se ponga delante educando en este precioso deporte .
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Me corrijo dos años después, nada se pierde, porque lo que ha sucedido está vivido y por así decir disfrutado, esta presente y no solo en imágenes y recuerdos son vivencias que te configuran, te modelan en el arte y la experiencia de vivir... y las hojas vuelven a renacer más grandes y mas vivas con más fuerza.
